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Novelista, poeta, cuentista, ensayista, dramaturgo, biógrafo y diplomático. Nació el 19 de junio de 1891 en Sucre (Bolivia), y falleció el 26 de mayo de 1980 en La Paz (Bolivia). Sus padres fueron Domingo René Costa, ingeniero natural de Córcega (Francia), y Amelia du Rels y Medeiros, de ascendencia portuguesa. Estudió la primaria en Sucre, pero la temprana pérdida de su madre cuando tenía siete años (por complicaciones del parto cuando daba a luz a su hermana Blanca), llevó a su padre a internarlo, a los once años, en el colegio Fesch de Ajaccio (capital de Córcega, Francia), donde terminó el bachillerato.
Su padre, que había vuelto a Bolivia por compromisos de trabajo, falleció también poco tiempo después, cuando el pequeño Adolfo contaba apenas con nueve años. El español de su infancia y el francés de su adolescencia lo convirtieron en un escritor bilingüe. A los 16 o a los 18 años se trasladó a la ciudad de París y se inscribió en la Facultad de Derecho y fue huésped del ministro de Bolivia en Francia, Francisco Argandoña Revilla, príncipe de la Glorieta, quien acogió también a sus hermanos René y Blanca. El ministro hizo disfrutar a los hermanos de los espectáculos de París y el joven Adolfo se apasionó por el teatro.
Abandonó la carrera de Derecho para iniciar, sin mayor fruto, estudios en un politécnico de enseñanza rápida, pues pronto le llegó el requerimiento de su tutor, Canuto Querejazu, para volver a Bolivia. Desde 1909 trabajó de apuntador de mitas y auxiliar de contabilidad en las minas de Pulacayo; de cateador de minas en los Lípez, de empleado de la Casa Arnal y luego de cajero del Banco Nacional de Bolivia en Uyuni (Oruro), para después ocupar el cargo de secretario de la gerencia del mismo Banco en Sucre, hasta 1912, ciudad en la que contrajo matrimonio con María Amalia Blanca Urriolagoitia Arana, de cuya unión nacieron cinco hijos: René, Gladys, Sergio Adolfo, Carlos y María Elena Costa du Rels Urriolagoitia. Fue uno de los fundadores de la Universidad Femenina, un espacio en el que se dictaban conferencias y se celebraban veladas literarias, pero que tuvo pocos años de vida, sin duda porque allí se criticaba muchas veces a la «otra» universidad, la Iglesia.
En 1916 se unió a la exploración petrolera dirigida por el geólogo inglés Treweek, en el Chaco. Tras la muerte del geólogo la empresa no pudo continuar con la explotación por falta de capital. La firma Costa y Cía., dueña de la concesión La Blanca, con doscientas mil hectáreas, se vio obligada a transferir sus derechos a la Standard Oil. En 1917 se incorporó al servicio diplomático por examen de competencia y comenzó su carrera pública. En 1918 fue nombrado secretario de la Legación de Bolivia en Chile, cargo que abandonó en 1919 a raíz de haber publicado una refutación a la Historia de la Guerra del Pacífico, del historiador y político chileno Gonzalo Bulnes. Fue en Chile donde escribió su primera obra teatral, Hacia el atardecer, que ganó el primer premio del Club de Señoras de Santiago, pero que no pudo llevarse a escena por las amenazas que la compañía María Guerrero de España había recibido cuando el público santiagueño se enteró de que el autor era un boliviano. Parte de premio se empleó, finalmente, para la publicación de la obra y Costa du Rels donó otra parte al manicomio de Sucre.
Después de un receso diplomático de cinco años asumió el cargo de agente comercial de Bolivia en Francia, en 1924 y, al año siguiente, el de consejero de la Legación en París. En 1928 fue ministro de Hacienda. Tiempo después fue delegado de Bolivia ante la Sociedad de las Naciones durante el conflicto bélico del Chaco (1932-1935), cuyo Consejo de Seguridad presidió (1939-1946). También ejerció los cargos de embajador de Bolivia en Buenos Aires (1941-1944), ministro de Relaciones Exteriores (1948), embajador en Francia (1949-1952) y, desde 1966, delegado permanente de Bolivia ante la UNESCO, con residencia en París. El 30 de octubre de 1943 tuvo lugar el acto de incorporación como miembro correspondiente a la Academia de la Historia, en Argentina, donde leyó el discurso «Un precursor ineserado de la emancipación americana: el oidor de la Audiencia de Charcas, Dr. Juan José de Segovia».
En 1950 ganó la medalla del Prix de la langue française por su recopilación de poemas Amaritudine; este premio anual de la Academia Francesa fue instituido en 1914: su finalidad declarada era «reconnaître les services rendus au dehors à la langue française» (reconocer los servicios prestados a la lengua francesa desde fuera [de Francia]). Adolfo Costa du Rels es el único autor que mereció esta distinción académica en dos oportunidades independientes: en 1942 le había sido otorgado el Premio y le fueron entregados 5.000 Francos por su ensayo «Histoire spirituelle de la France».
Su carrera diplomática le mereció varios reconocimientos, entre los que sobresalen la Orden de la Legión de Honor, en los más altos grados, de parte del Estado francés, y la Gran Cruz de la Orden del Cóndor de los Andes (1975), la máxima distinción del Estado boliviano, en reconocimiento a su labor durante la Guerra del Chaco. Como escritor cultivó la poesía, el cuento, la novela, la biografía y el teatro, destacándose principalmente como novelista y dramaturgo. Varias de sus obras fueron traducidas al italiano, portugués, inglés, polaco y holandés. Como escritor recibió varios premios, entre los que destacan: Femina (París, 1914); el primer premio de ensayo de la Académie française (por «Francia, tierra cortés, en 1942); Rivarol (Chile, 1954) y Goncourt (Francia, 1954), el cual rechazó por que obligaba al autor a adquirir la nacionalidad francesa, renunciando a la boliviana. En 1965 recibió el Gran Premio Internacional de Poesía de la Sociedad de Poetas Franceses; en 1972, su obra Los estandartes del rey recibió el primer premio Gulbenkian; aquel año se eligió en segundo lugar al dramaturgo español Buero Vallejo y en tercero all dramaturgo panameño y francés René de Obaldía.
Fue autor de los poemarios: Le sourire navré (1922), Amaritudine (1949) y Poemas (1988, obra póstuma); de los libros de cuentos El traje del Arlequín (1921, en coautoría con Alberto Ostria Gutiérrez) y El embrujo del oro (1948). También publicó las novelas Tierras hechizadas (1940), Laguna H-3 (1967) y Los Andes no creen en Dios (1973); además de las obras dramáticas Hacia el atardecer (1919), La hantise de l’or (1928), Las fuerzas del mal (1940), Les forces du silence (1944), Les étandards du roi (1956) –que tuvo 500 funciones continuas en Francia a cargo de la compañía “Vieux Colombier”–, El signo del fuego (1957) y El quinto jinete (1967). Fue autor, además, de los ensayos El drama del escritor bilingüe (1941), F. A. Aramayo y su época (1942) y Los cruzados de alta mar (1954).
Sobre su vida y obra escribe Josep Barnadas: «Escritor de expresión francesa y de espíritu boliviano, su obra literaria es múltiple: sus dramas se han presentado en teatros de Buenos Aires, Bruselas, Amberes, París. […] Su estilo cultivado y su capacidad de dar vida a personajes que se desenvuelven en un ambiente hostil, en permanente acción vital, lo han consagrado como uno de los grandes escritores contemporáneos».
Sobre la novela Tierras hechizadas, comenta Augusto Guzmán: «Es de las más hermosas y perfectas [novelas bolivianas] por la armoniosa proporción de los elementos que la componen y la elegante vivacidad del estilo. Aquí se alternan euritmia técnica: narrativa, descripción y diálogo. El argumento es duro y la expedición seductora. Intensa poesía de la naturaleza. […] En este libro, en que el tema del feudalismo campesino no es nuevo, la clase sojuzgada no es aymara, ni quechua, sino camba, nativo oriental, con lo que el cuadro nacional de una economía rezagada se completa».
Al respecto de su producción narrativa escribe Édgar Ávila: «La correcta y discreta utilización de los elementos dramáticos, –que a veces se convierten en un melodramatismo–, y la pulcritud formal, así como un profundo conocimiento de la estructura técnica de la novela y, de modo especial del cuento, hacen que las obras de Adolfo Costa du Rels sean modelos en su género. El sugerente estilo plástico, no exento de vigor expositivo y con tenues acentos poéticos descubre la realidad a través de una valoración que siempre está al servicio de la acentuación del ámbito subjetivo, en donde los análisis psicológicos definitorios son, por términos generales, lo mejor que existe tanto en sus cuentos como en las novelas».
Bibliografía consultada:
Anónimo, «Colección: Adolfo Costa du Rels», Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia. (Consultado el 4 de noviembre de 2022) https://www.archivoybibliotecanacionales.org.bo/index.php?option=com_content&view=article&id=124:coleccionadolfoart&catid=16&Itemid=220
Ávila Echazú, Édgar, «Adolfo Costa du Rels», en Resumen y antología de la literatura boliviana, La Paz, Gisbert, 1973, pp. 134-135.
Barnadas, Josep, «Costa du Rels, Adolfo», en Diccionario Histórico de Bolivia (dos tomos) tomo I, Sucre, Tupac Katari, 2002, pp. 625-626.
Guzmán, Augusto, «Adolfo Costa du Rels», en Panorama de la novela en Bolivia, La Paz, Editorial G.U.M., 2013, pp. 108-109.
Rivadeneira Prada, Raúl, «Último reportaje a Adolfo Costa du Rels», en Presencia Literaria, 1 de junio de 1980.
Soria, Mario, «Adolfo Costa du Rels, autor teatral, en Presencia Literaria, 1 de junio de 1980.
Autor: equipo de la BPB, con la contribución de Alfredo Grieco.
Fecha de publicación: 2024.
Obras del autor
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«Un precursor inesperado de la emancipación americana: el oidor de la Audiencia de Charcas, Dr. Juan José de Segovia»
Otro (ensayo), 1944
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«Les derniers jours de la Société des Nations»
Otro (Historia), 1954 (junio)
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«Costa du Rels ¿el afrancesado? De Germán Arciniegas a Costa du Rels»
Otro (crítica), 1965 (julio)
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