Poeta, narrador, dramaturgo, filólogo, crítico, historiador. Nació en Tacna, Perú, el 12 de mayo de 1866 y falleció en Buenos Aires (Argentina), el 8 de noviembre de 1933. Sus padres fueron los escritores Julio Lucas Jaimes (conocido también como Brocha Gorda) y Carolina Freyre de Jaimes. Su hermano Raúl, 20 años menor que él, también fue escritor. Tuvo otros hermanos: Julio, mayor que él, Carolina, Julia Rosa y Federico Nicolás.
Contrajo matrimonio en 1886 con Felicidad Soruco, luego de haberse trasladado, la familia Jaimes Freyre, a Sucre (Bolivia). La pareja tuvo tres hijos: Víctor, Yolanda y Mario. Entre 1870 y 1878 la familia Jaimes Freyre se instaló en Lima; Ricardo y su hermano Julio estudiaron en el colegio Nacional de Lima.
Estalló en 1879 la Guerra del Pacífico (1879-1884); Julio Lucas Jaimes se alista y le es concedido el rango de coronel; es apresado por el ejército chileno y llevado a Chile. Carolina Freyre vuelve con sus hijos a Tacna. En aquella ciudad, en 1881, Ricardo, de 15 años, se enamora por primera vez y descubre la poesía, leyéndola con pasión, junto a libros de historia, de viajes y narraciones novelescas. En 1882 toda la familia viaja a La Paz (Bolivia). Ricardo y sus padres fundan el periódico sobre literatura y política Las verdades, de corte conservador, periódico del que Ricardo se hace cargo en 1884. Fue una de las varias publicaciones que crearon los tres; y una más de Carolina, que había fundado, junto a Juana Manuela Gorriti El Álbum en Lima, en 1874. En Las verdades de 1884, Ricardo publica sus primeros poemas, «El cautivo», parodias, sátiras políticas y otros; y su primer cuento, «Una historia… como cualquiera». También en ese año, la familia se traslada a Sucre. Allí Ricardo trabaja en Los Debates (fundada por Julio Lucas Jaimes y que se publicó entre 1884 y 1886), y se inicia como crítico literario con escritos sobre Adela Zamudio, Gustavo Adolfo Bécquer, y sobre teatro español.
En 1889 inicia su trabajo como dramaturgo en El Álbum, revista fundada por su madre, con la obra La Antorcha. Publica también La hija de Jephté. En 1889, aparece como redactor en otro emprendimiento del padre: La industria. Ese año Julio Lucas es nombrado Ministro de Bolivia ante el gobierno monárquico del Brasil, por el gobierno de Aniceto Arce (1888-1892); toda la familia se embarca, pero queda varada en Buenos Aires pues Pedro II cae y el viaje se cancela. Este azar de la política definirá el futuro de Brocha Gorda y Carolina: se instalan en Buenos Aires definitivamente, empleándose él como profesor escolar y de normal. Ricardo trabaja en El país. Retorna en 1892 a Sucre, como secretario privado del presidente Mariano Baptista. Julio Lucas Jaimes entra a formar parte de El Ateneo de Buenos Aires (asociación literaria e intelectual porteña). Ricardo vuelve a Buenos Aires en 1893, como Secretario de la Legación Boliviana en las Repúblicas del Plata. Entabla una entrañable amistad con Rubén Darío (quien se instala unos años en Buenos Aires) y con Leopoldo Lugones, constituyéndose el trío en potente presencia del Modernismo en la escena literaria rioplatense y americana. Precisamente, Rubén y Ricardo fundan La Revista de América (nº 1: 08/1894; nº 2: 09/1894), publicación fundamental del nuevo movimiento, de clara intención cosmopolita, que pretende «[s]er el órgano de la generación nueva que en América profesa el culto del Arte puro, y desea y busca la perfección ideal; [s]er el vínculo que haga una y fuerte la idea americana en la universal comunión artística». En ella firman Jaimes Freyre y Rubén (poemas, relatos y artículos) y, además: Salvador Rueda, Julián Martel, Julio Lucas Jaimes, Leopoldo Díaz, Rafael Núñez, Miguel Pardo, Justo Facio, Enrique Gómez Carrillo (que revela en extensos artículos la poesía joven francesa). Se celebra a Víctor Hugo, D’Annunzio, Zola, Verlaine, Daudet, Bourget, Leconte de L’isle y muchos otros (la mayoría franceses). Se resume lo más importante de las publicaciones literarias a nivel internacional.
Ricardo publica el cuento «Mosaicos bizantinos. Zoe» que, junto a varios otros relatos posteriores, lo señala como un gran narrador; y un poema («Castalia bárbara») que, con el título de «Aeternum Vale», será parte del fundamental libro Castalia bárbara de 1899. El gobierno de Severo Fernández lo nombra Secretario de la Legación de Bolivia en Brasil; pasa 1887 y 1888 en Petrópolis, donde trabaja en su Castalia bárbara y escribe cuatro preciosas crónicas sobre este su viaje. Pierde su puesto dado el ascenso de los liberales al gobierno de Bolivia en 1899 y vuelve a Buenos Aires, donde publica Castalia bárbara (que contiene Castalia bárbara y País de sueño. País de sombra), hito mayor de la poesía modernista latinoamericana, del que Rubén Darío dijo: «fue una de las mejores y más brillantes muestras de nuestros esfuerzos renovadores. Allí se revelaba un lírico potente y delicado, sabio en técnica y elevado numen».
En 1901 –y hasta 1920–, Ricardo y su familia se instalan en Tucumán. Blanca Wiethüchter enfatiza la gran distancia que hay entre el ‘cosmopolitismo extremo’ (Graciela Montaldo) de Darío y la preferencia por la provincia de Ricardo, por un recogimiento y experiencia hacia adentro (alejado, como dice Raúl, su hermano, «del bullicio mundano y de las aventuras galantes»). Él inicia su actividad como profesor de literatura y filosofía en el Colegio Nacional; luego será, además, profesor de la Escuela Normal y de la Universidad. Se integra a la Sociedad Sarmiento, en la que conoce a Juan Terán (que promueve al interior de ella la fundación de la universidad pública en Tucumán y llega a ser su primer rector) y a Julio López, fundando los tres la Revista de Letras y Ciencias Sociales (1904-1907), que Ricardo dirige y en la que despliega sobre todo –sin dejar de lado algunos poemas y cuentos– una escritura ensayística y crítica, revelándose como un gran lector de la literatura universal, como cronista, como reseñador, y, para sorpresa de todos, novelista: su El jardín de Academo quedó incompleta, pero quedan cuatro capítulos rescatados en esa publicación.
En 1907 es designado presidente del Consejo de Educación, y el gobernador de la provincia le encarga el Archivo Histórico de la Provincia, encomendándole además la composición de la historia de Tucumán: lo que deriva en la redacción de cinco tomos de la historia colonial y republicana de la provincia, publicados entre 1907 y 1916. La investigación necesaria para tal empresa lo llevó a los archivos de Simancas y de Indias en España los años 1910 y 1913, viajes en los que se paseó por otros países europeos, y pudo reencontrarse con Rubén Darío en París. A diferencia de sus congéneres modernistas, que escribieron profusamente sobre sus viajes y estancias en diversos lugares del mundo, Jaimes Freyre no narró estos sus viajes, salvo por el hermoso cuento «Roma», que muy probablemente fue inspirado por su visita a esa ciudad. En cuanto a sus reflexiones y teorización sobre el lenguaje y la poesía, publicó en 1908 La lectura correcta y expresiva y, en 1912, Leyes de versificación castellana (que junta estudios ya publicados en la Revista de Letras y Ciencias Sociales). Se puede relacionar su docto tratamiento del versolibrismo en la poesía castellana y lo que dice J. E. Rodó en su artículo sobre Darío en Obras Selectas (1956): «he aplaudido las audaces tentativas de Jaimes Freyre, que ha sido el radical en el propósito de traer a nuestra poesía americana el influjo del vers librisme francés contemporáneo».
En 1914 muere su padre, Julio Lucas Jaimes; en 1916 muere su madre y su gran amigo Rubén Darío, al que le dedica un sentido discurso en el homenaje al recién fallecido vate en el Teatro de la Ópera en Buenos Aires, el 21 de mayo de 1916. En 1917 publica su segundo gran libro de poemas: Los sueños son vida. Anadiomena. Las víctimas. En 1918 se publica la edición boliviana de Castalia bárbara y aparece la edición madrileña conjunta de Castalia y Los sueños son vida, lo que México repite en 1920. Precisamente en 1920 Ricardo deja Tucumán para incorporarse a la vida pública en Bolivia, siendo elegido diputado del Partido Republicano y delegado a la Convención Nacional y la redacción de la nueva Constitución. En 1921 es Ministro de Instrucción y Agricultura del gobierno de Bautista Saavedra; y en 1922, Ministro de Relaciones Exteriores, periodo en el cual el poeta y político Franz Tamayo entra en furiosa polémica con Jaimes Freyre por las negociaciones de Bolivia con Chile en el tema marítimo. Vuelve a Tucumán, tras renunciar al Ministerio, pero debe retornar a Bolivia pues es designado Ministro Plenipotenciario de Bolivia en Chile. En 1923 es designado Ministro Plenipotenciario de Bolivia en los Estados Unidos; en 1926 escribe a su hermano Raúl desde ese país, confesándole que se aburre «soberanamente». Entre esos años viaja a Bolivia pues ha surgido la posibilidad de una candidatura presidencial, lo que no llega a nada; además, va a Lima como Ministro Especial para la celebración del aniversario de la Batalla de Ayacucho. Allí conoce a José Santos Chocano y se reencuentra con Lugones, a quien invita a Bolivia.
En 1927, en Washington D. C., muere su esposa. Solicita al presidente Hernando Siles (1926-1930) ser enviado a la Legación de Bolivia en Brasil; pero luego de algunos meses renuncia por diferencias con Siles y viaja a Buenos Aires. Publica en 1928 la obra de teatro: Los conquistadores. Habiendo recibido la ciudadanía argentina años antes, recibe una pensión del Estado. En 1932 se traslada a Tucumán como presidente del Consejo Provincial de Educación, pero vuelve al poco tiempo a Buenos Aires. En agosto es incorporado a la Academia Argentina de las Letras. Muere en abril de 1933. Sus restos son repatriados, junto a los de su padre, a Potosí –tierra por la que había sentido siempre una gran nostalgia («Tienes a tu favor la circunstancia de vivir en nuestra tierra, nuestra verdadera tierra» –le escribía a su hermano Raúl–: «¡No puedes imaginar cómo me llama Potosí, desde las tapias del cementerio!»). Sus restos descansan en la Catedral de Potosí.

Bibliografía consultada:

Carter, Boyd (edición, estudio y notas), Revista de América, Managua, Publicaciones del Centenario de Rubén Darío, 1967.
Jaimes Freyre, Raúl, Anecdotario de Ricardo Jaimes Freyre (2ª ed.), introducción y notas: Ana Rebeca Prada et al, La Paz, Gobierno Municipal de La Paz, 2020.
Prada, Ana Rebeca y Omar Rocha, La prosa de Jaimes Freyre (2 tomos), La Paz, Carrera de Literatura / IEB, 2016.
Souza, Mauricio, Ricardo Jaimes Freyre. Obra poéitca y narrativa, La Paz, Plural editores, 2005.
Wiethüchter, Blanca et al, Hacia una historia crítica de la literatura en Bolivia, La Paz, PIEB, 2002.



Ana Rebeca Prada


Autor: equipo de la BPB.
Fecha de publicación: 2023.