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Violinista, diplomático y poeta. Nació en La Paz (Bolivia) el 3 de junio de 1898 y falleció en la misma ciudad el 17 de diciembre de 1965. Cursó la primaria y la secundaria en su ciudad natal y estudió violín en el Conservatorio Nacional de Música de La Paz. Desde adolescente componía música y versos, pero no quiso publicarlos hasta 1925, que es cuando aparecieron algunos de sus poemas en un periódico eventual. Entre 1926 y 1936 vivió en Europa (Francia, Holanda, Bélgica, Italia) y perfeccionó su formación musical en París. En Holanda, en 1930, se casó con la violinista holandesa Riek Versser con la que tuvo tres hijos: Leonardo, Jack y Rolando. En Europa adquirió una amplia cultura literaria, base de su formación poética en fondo y forma, y también asimiló una selecta cultura musical. Dominó la lengua francesa con la que escribió algunas composiciones tras la muerte temprana de su hijo Leonardo. Retornó a Bolivia al comenzar la Guerra del Chaco, en 1932, se presentó como voluntario y así desempeñó servicios auxiliares para después ocupar el cargo de traductor en el Ministerio de Relaciones Exteriores. En 1933, su esposa y él formaron parte de la Orquesta Sinfónica Nacional. Después de la guerra, en 1935, y con la repentina muerte de su esposa, volvió a Europa como cónsul honorario en El Havre, Francia. En 1937, retornó a Bolivia y encontró ocupación definitiva en la Cancillería; se casó con Laura Villanueva Rocabado (Hilda Mundi) y juntos tuvieron una hija, Silvia Mercedes. Fue amigo de Jaime Saenz, quien le dedicó un capítulo en su libro Vidas y Muertes refiriéndose a él con un rotundo «Ese sí que era poeta». En 1958, La Municipalidad de La Paz le otorgó en usufructo la Casa del Poeta, en la calle Claudio Sanjinés, en Miraflores, lugar en el que vivió hasta su muerte. Poeta puro, en tanto maneja la palabra y la imagen de un modo cristalino y terso, para mostrarnos una versión esencial de la realidad. Augusto Guzmán afirma que: «No canta, musita en el silencio apagado de sus introspecciones nebulosas, intensamente sugerentes. Poeta del silencio y de la soledad. Traductor medroso y confidencial de la desolación resignada y nostálgica». En 1968, Juan Quirós incorpora siete de las composiciones de Ávila en Las cien mejores poesías bolivianas. Entre sus trabajos poco conocidos debe figurar una traducción de poemas de Pablo Neruda al francés. Es autor de Cronos (1939), Signo (1942), Las Almas (1950), Poemas (1957) y el poemario póstumo Obras completas (1988).
Bibliografía consultada:
Ortega, José y Cáceres Romero, Adolfo, Diccionario de la literatura boliviana, La Paz, Los Amigos del Libro, 1977.
Autor: equipo de la BPB.
Fecha de publicación: 2023.