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Fallecimiento:
Nacionalidad boliviana:
Poeta, comerciante de libros, pulpero, censor de libros del Tribunal del Santo Oficio en Potosí. Nació en la ciudad de Sevilla (España) antes de 1558, dejó Europa hacia 1577, llegó a la ciudad de Lima, donde sentó su residencia por un tiempo, aunque sin descuidar los continuos viajes hacia La Plata (hoy Bolivia) y la Villa Imperial de Potosí, donde aparece como vecino a partir de 1604. En 1596 pasó un año viviendo en México. Falleció en enero de 1634 en Potosí, en la Real Audiencia de Charcas. Fue hijo de Diego Mexía de Fernangil y de doña Juana de Cabrera. Sus hermanos fueron: Pedro Mexía, Fernando (o Hernando) Mexía y Francisco Mexía de Fernangil. Diego Mexía de Fernangil se casó con doña María de Miranda Cotes, con quien tuvo dos hijos: Diego Mexía de Cabrera y Pedro Mexía, y tres hijas: Francisca de Miranda, Catalina Mexía de Cabrera y Magdalena Mexía. Fue abuelo y tutor de Gerónimo de Mondragón.
Es autor de la Primera parte del Parnaso Antártico de obras amatorias, la primera «traducción» completa de las Heroidas de Ovidio. Se reeditó varias veces entre los siglos XVIII y XX como las Heroidas de Ovidio. Al respecto, Tatiana Alvarado Teodorika sostiene que fue «la traducción canónica hasta 1986, fecha en la que Francisca Moya propuso una nueva traducción (Moya, 1986). La obra se publica en Sevilla en 1608 […] Ésta fue compuesta, a decir de su autor, en su viaje de Perú a la Nueva España, donde tradujo catorce epístolas, y durante su estancia en la Nueva España las siete epístolas restantes. Luego, sumará a lo hecho la traducción del In Ibin. La Primera parte del Parnaso viene precedida, como era de uso en la época, con poemas de distinta autoría en el paratexto». La obra se recupera en el siglo XX con una edición facsímil con introducción de Trinidad Barrera.
Asimismo, José Antonio Rodríguez Garrido, sobre la Primera parte del Parnaso Antártico, acota que la labor poética de Mexía fue «efectuada desde un territorio –el espacio antártico, es decir, el hemisferio sur que Mexía presentaba como convertido, por primera vez, en ámbito de creación humanística, a través del ejercicio poético». Rodríguez Garrido precisa, además, que Diego Mexía de Fernangil no estuvo exento del elemento indígena en la América, donde fijó su residencia, mencionando que: «La presencia indígena no está borrada en la producción poética de Mexía, a pesar de que el autor parezca interesarse poco o nada por sus costumbres o su cultura».
Entre las obras que preceden la Primera parte del Parnaso Antártico, se encuentra el «Discurso en loor de la Poesía», «compuesto por una señora principal de este reino [del Perú] muy versada en lengua toscana y portuguesa por cuyo mandamiento y por cuyos justos respetos no se escribe su nombre». La autora se esconde detrás del seudónimo de Clarinda que, según Pilar Latasa «era Leonor de Ribera y Orozco, natural de Chuquisaca Viley y hermana de Rodrigo de Orozco, presidente de la Audiencia de Panamá en 1606, distinguido después con el título de Marqués de Mortara», pero, según Martina Vinatea, era la dama milanesa Catalina María Doria, una mujer de exquisita educación y fundadora del Convento de Carmelitas descalzas de Lima.
En cuanto a la Segunda parte del Parnaso Antártico, Rodríguez Garrido, apunta que Diego Mexía se valía de su producción literaria para expresar coyunturas que vivía en la América del siglo XVI: «Mexía no soslayó un asunto central sobre el que reposaba la “legitimidad” de la presencia española en el Nuevo Mundo: el de la evangelización de los indios; pero, en lugar de referirlo frontalmente, se sirvió en su égloga titulada El Dios Pan de un modelo clásico revitalizado en el Renacimiento para proponerlo alegóricamente y así tomar claro partido en medio de la polémica sobre los métodos de cristianización en los Andes». Tatiana Alvarado, por su parte, puntualiza que fue «en Potosí donde [Mexía] “redactó la Oración en loor de Santa Ana, la Égloga del buen pastor y la Égloga del dios Pan y allí, por fin, terminó la Segunda parte y Tercera parte del Parnaso Antártico”. La Advertencia al lector de la Segunda parte, dedicada a Francisco de Borja y Aragón, príncipe de Esquilache y virrey del Perú, está fechada a 15 de enero de 1617, año en el que era “ministro del tribunal de la Inquisición peruana para la visita y corrección de libros”».
Una de las últimas composiciones de Mexía de Fernangil fue la «Epístola a don Diego de Portugal», sobre ella, Andrés Eichmann Oehrli señala que: «El poeta le escribe la epístola a don Diego de Portugal del consejo del rey nuestro señor y su presidente en la real audiencia de los Charcas, a quien dedica la Égloga intitulada El Dios Pan en loor del Sanctísimo Sacramento de la Eucaristía, la última composición poética del volumen. El manuscrito está fechado (post mortem) en 1647». Sobre el contenido de la epístola, Pablo Quisbert manifiesta que: «En la epístola a don Diego de Portugal, […] Diego Mexía relata una serie de eventos nada venturosos de la historia del Perú: terremotos, erupciones volcánicas, pestes, incursiones de piratas, etc. Su intención es presentar estos desastres como avisos divinos, una suerte de anuncios de un gran castigo que sobrevendría al Perú a raíz de los pecados de España y los españoles, entre ellos los abusos cometidos contra los indios».
El manuscrito aún inédito atesorado actualmente en la Biblioteca Nacional de París de la Segunda parte del Parnaso Antártico se encuentra en proceso de edición gracias al trabajo conjunto de María José Brañes, Sarissa Carneiro, Esperanza López Parada, José Antonio Rodríguez Garrido y Martina Vinatea.
Diego Mexía de Fernangil fue un personaje polifacético que provenía de una familia dedicada al comercio de libros entre España y América, al respecto Alvarado Teodorika señala: «y su profesión “de librero o mercader de libros [...] pudo facilitarle la adquisición de una amplia y consistente cultura literaria”, y, gracias a las últimas investigaciones, sabemos que además de censor y corrector tenía el honroso cargo de familiar del Santo Oficio. Sin embargo, debió de tener muchas y continuas dificultades económicas, como se deja entrever en los prólogos de las dos obras magnas con las que contamos hoy [...] además del mercader y censor de libros que fue, fue sin duda un ávido lector, un creador y un innovador de las letras hispanas».
Además de comerciante de libros, poco o nada se sabe sobre su oficio de pulpero, pues contó con pulperías en la Villa Imperial de Potosí y la ciudad de La Plata (hoy Bolivia), figuran negocios con: Francisco de Oyaneder, Pedro de Bolonia y Luis Cremona, pulperos y comerciantes en la Audiencia de Charcas, según documentación revisada en el Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia.
En enero del año 1634, Diego Mexía falleció en la Villa Imperial de Potosí, y dejó un legado importante en el ámbito literario hispánico; será necesario seguir indagando en su obra y en su polifacética vida como comerciante de libros, como pulpero en Potosí y La Plata y como censor de libros en el Tribunal de la Inquisición en Potosí para tener una imagen más completa de esta polifacética figura de las letras hispánicas.
Bibliografía consultada:
Alvarado Teodorika, Tatiana, «Canon literario y tradición clásica. El caso de Mexía de Fernangil», en Mónica Velásquez, Andrés Eichmann (eds.), La crítica y el poeta. Siglos XVI-XVII, La Paz, Plural Editores, 2022, pp. 177-194.
Alvarado Teodorika, Tatiana, «El discurso femenino a través del diálogo en la obra de dos andaluces de Charcas: la Primera parte del Parnaso De Diego Mexía de Fernangil y la Miscelánea Austral de Diego Dávalos y Figueroa», en Cristina Tabernero y Jesús M. Usunáriz (eds.), Santas, poderosas y pecadoras: representación y realidad de las mujeres entre los siglos XVI y XIX, New York, Instituto de Estudios Auriseculares (IDEA), 2021, pp. 77-96.
Alvarado Teodorika, Tatiana, «Las Heroidas de Ovidio y su lectura moralizada a través de los epílogos de la traducción de Diego Mexía de Fernangil, un traductor poeta entre Sevilla y Potosí (ss.XVI-XVII)», en Atalanta, revista de las letras barrocas, Sevilla, Editorial Universidad de Sevilla (EUS), vol. 8, n°1, 2020, pp. 130-163.
Alvarado Teodorika, Tatiana, «Las letras transfronterizas. La Academia Antártica y la red de comunicación entre los poetas», en Edad de Oro, vol XXXIX, Madrid, Universidad Autónoma de Madrid, 2020, pp. 131-144.
Eichmann, Andrés et al., «“Epístola y dedicación” de Diego Mexía de Fernangil a Diego de Portugal», en en Mónica Velásquez, Andrés Eichmann (eds.), La crítica y el poeta. Siglos XVI-XVII, La Paz, Plural Editores, 2022, pp. 190-232.
Latasa Vasallo, Pilar, «Transformaciones de una élite: el nuevo modelo de “nobleza de letras” en el Perú (1590-1621)», en Luis Navarro García (coord.), Élites urbanas en Hispanoamérica (De la conquista a la independencia), Sevilla, Universidad de Sevilla, 2005, pp. 413-433.
Vinatea, Martina, «Catalina María Doria, fundadora del convento de las Carmelitas descalzas de Lima, Perú», en La clausura femenina en el mundo hispánico: una fidelidad secular, Francisco Javier Campos y Fernández de Sevilla (eds.), Madrid, Instituto Escurialense de Investigaciones Históricas y Artísticas, 2011, vol. II, pp. 1147-1157.
Quisbert Condori, Pablo, «Delio en el argénteo monte: nuevos datos en torno a la vida de Diego Mexía de Fernangil en la Villa Imperial de Potosí», en ALPHA, Osorno, n°33, 2011, pp. 257-272.
Rodríguez Garrido, José A., «La Égloga el dios Pan de Diego Mexía Fernangil y la evangelización en los Andes a inicios del siglo XVII», en Memoria del III Encuentro Internacional Manierismo y transición al Barroco, La Paz, Editorial Unión Latina, 2005, pp. 307-319.
Fuentes primarias
Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia
BO ABNB, EP 102: 773r-774r (1615).
BO ABNB, EP 43: 396r-396v (1594).
BO ABNB, EP 53: 696v-697r (1590).
BO ABNB, EP 140: 647r-647v (1605)
BO ABNB, EP 102: 617r-618r (1614)
Archivo Histórico Potosí
BO AHP, EN-087 (87/8): 1267-1270v (1634)
BO AHP, EN-68 (68/175): 3423r-3424v (1627)
Autor: José Miguel Piérola Marás
Fecha de publicación: 2023.