Escritora, periodista y feminista. Nació en la ciudad de Oruro el año 1912 y falleció en La Paz en 1982. Hija del reconocido arquitecto Emilio Villanueva Peñaranda y de Dominga Rocabado Flores. Estudió en el Liceo Pantaleón Dalence y desde 1934 se dio a conocer en el ámbito cultural de su ciudad natal como colaboradora y redactora de los periódicos La Patria, La Mañana y el Fuego. Su sólida formación y carácter extrovertido la llevaron a tener una activa vida social en los años 30 y 40, cuando la sociedad orureña asistía a un boom comercial, cultural y económico. Se casó con el poeta Antonio Ávila Jiménez, de cuya unión nació Silvia Mercedes Ávila Villanueva (1942-1992) quien también llegó a ser una destacada poeta.
Además de organizar veladas artísticas en las que dinamizó la actividad cultural de su época, su pasión por el periodismo la llevó a fundar el semanario humorístico Dum Dum (1935) y la Retaguardia (1934), publicación dedicada a reflexionar a informar sobre la Guerra del Chaco. Aunque su producción literaria fue profusa, en vida solo logró publicar un libro: Pirotecnia (1936). Tiene todavía una vasta obra dispersa e inédita, por lo pronto, tras su deceso se ha editado Cosas de fondo (1989), la segunda edición de Pirotecnia en 2004, Hilda Mundy. Obra reunida (2016) y Bambolla, bambolla (2017).
Además de Hilda Mundy, seudónimo con el que fue conocida en todo el país, firmó sus escritos –la mayoría de los cuales se hallan dispersos en revistas y diarios– con otros nombres como: Madame Adriane, Anna Massina, Jeannette y María D’Aguileff. Tanto Hilda Mundy, como Arturo Borda, son reconocidos como los pilares sobresalientes, adelantados y precursores del Vanguardismo, pese a que les tocó vivir en la Bolivia de la primera mitad del siglo XX, alejada todavía de las corrientes culturales y literarias que ya imperaban en otros países de la región.
«Futurismo, dadaísmo, ultraísmo y surrealismo es lo que se encuentra en su obra que marcha solitaria hasta hoy», considera la literata Virginia Ayllón, y agrega: «Me permito ensayar la idea de que Pirotecnia y su autora se suspenden en el tiempo de la creación literaria en Bolivia, es decir, se ubican al margen (en el sentido literal de la palabra) de todo lo que se producía en su momento». Para Eduardo Mitre: «leído hoy, el libro destaca en solitario en el ámbito de la poesía boliviana de entonces, aún dominada por la estética modernista, y resulta de difícil catalogación dentro de los géneros tradicionales». Por otro lado, Cecilia Olivares, a la hora de sintetizar las búsquedas e intereses generales de la autora considera que «Hilda Mundy establece tres proyectos en su escritura: la Guerra del Chaco, la mujer y la ciudad. A estos tres proyectos subyacen dos registros que transversalizan los tres ejes: la postura ideológica y la postura ante la escritura». Blanca Wiethüchter opina: «El trabajo de Mundy obra el vaciamiento de sentido de las representaciones, tales como la ciudad, la mujer y la misma obra de arte [...] su trabajo violenta las imágenes construidas por analogía y propone más bien el acercamiento de cosas totalmente disímiles».


Bibliografía consultada:

Barnadas, Josep, «Villanueva Rocabado, Laura», en Diccionario Histórico de Bolivia, tomo 2, Sucre, Tupac Katari, 2002, p. 1154.
Cáceres Romero, Adolfo, Diccionario de la literatura boliviana, Cochabamba, Kipus, 2009.
Condarco, Carlos; Benjamín Chávez y Martín Zelaya, Letras orureñas. Autores y antología, La Paz, Plural / Fundación Zofro, 2016.
Wiethüchter, Blanca (coord.), Hacia una historia crítica de la literatura en Bolivia, La Paz, PIEB, 2002.
Zavala, Rocío, Hilda Mundy. Obra reunida, La Paz, Biblioteca del Bicentenario de Bolivia, 2016, pp. 13-50.


Autor: Martín Zelaya, con aportes de Marco Montellano
Fecha de publicación: 2023.